MADRID EN UN FRASCO DE ÉTER
La cultura del consumo nos obligaba a comprar cosas que jamás necesitaríamos. La presión social, a consumir cosas que ni siquiera nos gustaban. ¿Cuántas veces te has preguntado si lo necesitas antes de comprarlo? ¿Cuántas veces se dio uso a lo que se compró? El Gobierno fomentó el consumo masivo de forma radical, creyeron que sería una buena medida para mantener una economía sana y era una muy buena forma de controlar a los ciudadanos, contra lo que consumen y los controlarás a ellos.
Hace un tiempo Mauro García, el autor de Madrid en un frasco de éter, se puso en contacto conmigo para enviarme su novela editada por Ediciones Carena. No se me ocurre mejor momento para hablaros de lo que me ha parecido esta lectura que ahora, debido a que en muchos lugares del mundo se está levantando la fuerza y la voz contra la autoridad.
Mauro García nos presenta una historia de cansancio, revolución y lucha. Después de una gran crisis, el Gobierno de España toma medidas excesivas de vigilancia, control y castigo. Entre el autoritarismo del órgano gubernamental y el cambio climático que tiene Madrid destruido se crea un ambiente inestable entre los ciudadanos. Muchos de ellos recurrirán a la lectura de un texto, El Manual, que te enseña cómo sobrevivir y cómo arrebatar el control a aquellos que lo tienen y lo usan injustamente. Asistiremos, en esta lectura, a un alzamiento popular y silencioso en contra del poder.
Sin hablaros mucho de la evolución de la historia, me gustaría mencionar algunas de las cosas que me han gustado de esta lectura. Algo que me llama la atención es que cada capítulo del libro tiene como narrador a un personaje diferente. Normalmente, se intercalan capítulos narrados por Dan y Anna con fragmentos de El Manual o con capítulos que, como si se tratase de artículos periodísticos, narran la situación actual de Madrid. Esto da un punto muy fresco a la lectura, ya que disfrutas de los diferentes puntos de vista de los personajes que intervienen en la acción.
Ese es otro de los puntos fuertes, los personajes. Los dos principales, como os decía, se llaman Dan y Anna, unos “antagonistas” que tienen más en común de lo que piensan. Dan es un hombre extraño, lleva una vida austera en exceso y tiene unas exigencias consigo mismo dignas de estudio. Todos sus días son iguales: duerme poco, ayuna para fortalecer su cuerpo, se ducha con agua fría y siempre viste igual. Solo se relaciona con Carme, una chica con la que únicamente mantiene relaciones sexuales siempre el mismo día de la semana. Su misión es boicotear al gobierno, por ello hace pequeñas excursiones en las que procura herir o matar a gente que, desde su punto de vista, necesita un toque de atención.
Anna, por el contrario, trabaja para la policía que, obviamente, apoya las maniobras gubernamentales. Es una mujer que no está demasiado de acuerdo con los cambios en la sociedad, pero su trabajo la obliga a permitirlos. Me gusta mucho este personaje porque tiene una evolución a lo largo de la novela, cosa que creo que no pasa con Dan. Poco a poco, se va percatando de que los ciudadanos demandan un cambio justo, aunque la manera de hacerlo sea violenta y destructiva.
Por último, querría destacar el papel del Manual. Es un buen cebo para los lectores, pues el narrador solo va soltando algún fragmentillo que otro sobre este libro en el que están escritas todas las enseñanzas que Dan y, aunque no lo sepamos, mucha gente más sigue en esta nueva y cambiante sociedad. El hecho de que solo puedas leer un fragmento en alguno de los capítulos te hace querer saber más sobre el tema. Lo mejor es que, al final de la novela, se nos aclara qué es realmente El Manual, quién es su autor y por qué ha tenido tanta eficacia entre buena parte de la población.
Como os anunciaba al principio, me parece un momento genial para hablaros de esta lectura. No sé a vosotros, pero a mí me da la sensación de que toda esta pandemia coronavírica ha destadado, en algunos lugares, los extremos más radicales y esta lectura nos puede ayudar a imaginar cómo sería una España gobernada por un gobierno casi absolutista y vigilante que coarta la libertad de sus habitantes. Por suerte, no nos encontramos en esta situación aunque tengamos señoros que, aporreando cacerolas y ataviados con la banderita de España, se empeñen en convencernos. Dadle una oportunidad al libro, que tiene un ritmo ágil y un lenguaje sencillo y nos puede ayudar a imaginar cómo sería nuestro país si otro gallo cantara. A mí me ha resultado muy interesante y entretenida su lectura.
¡Nos leemos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario