LA LOGIA LISÉRGICA
“No me puedo creer que esto le pase a todo el mundo. Es decir, nos encerramos en nuestros dramas pero no nos damos cuenta de que todos somos la misma persona y que todas las historias son las mismas. Aunque bueno, que un drama sea generalizado no lo hace menos drama. Lo hace incluso peor, porque tienes que sumar una parte de responsabilidad social a tu drama particular.”
Después de mucho tiempo, por fin traigo la reseña de La logia lisérgica de Jesús José Camacho Lucas-Torres. Esta es la primera obra publicada del escritor criptanense y estoy deseando poder leer algo más. En La logia lisérgica, no puede estar mejor escogido el título, vamos a encontrar a un protagonista en pleno proceso de maduración, con todos los problemas que esto entraña para el ser humano. Yo no lo he podido leer en un mejor momento.
En esta novela, como os digo, asistimos al proceso de maduración del protagonista, un proceso que se narra sin ningún tapujo, sin ningún tabú. Se nos presenta en crudo y los lectores hemos digerir todo ese tipo de pensamientos autodestructivos que no pecan nunca de descabellados. Más bien al contrario, uno puede sentirse identificado y empatizar con la situación por la que pasa este protagonista del que nunca conoceremos su nombre, quizás porque somos nosotros.
Como la Jurado, el protagonista está en el punto de partida. Ha decidido dejar a su familia y a sus amigos de lado y el siguiente paso es quitarse la vida. Su existencia ha perdido el rumbo porque, admitámoslo, en épocas de cambio todos vagamos a la deriva. El lector puede sentirse reflejado en el espejo que es la novela porque, lamentablemente, nadie nos explica de qué va madurar y cómo lidiar con la vida cuando uno toma conciencia de su existencia. Hablar sin pelos en la lengua de esta situación, nos permite experimentar la catarsis con la lectura de esta novela.
Además, como ya os he anunciado anteriormente, la palabra tabú no tiene cabida. Este narrador en segunda persona, cosa que me encanta porque pocas veces encuentro novelas escritas desde este punto de vista prácticamente imperativo, se encarga de mostrarnos los rincones más oscuros del protagonista y su grupo de amigos. Las drogas y el sexo se tratan, pese a ser temas bastante estigmatizados, con una naturalidad y agudeza pasmosas.
Por ejemplo, a lo largo de la novela se hacen referencias constantes a tipos de drogas, sus efectos y las situaciones que provoca: las drogas y su sórdido submundo. Si uno se queda en la superficie, puede pensar que esta novela se excede con el tema, pero para mí no es así. Creo que el autor hace un gran trabajo para que entendamos que las drogas son la causa de la mayoría de problemas de los personajes, sin embargo, se aferran a ellas porque son un buen parche, una solución momentánea y gustosa que aparca tu marrón por un rato sin hacer un gran gasto emocional e intelectual.
No obstante, para mí hay un tema que se lleva la palma: la tristeza de la juventud. ¿Por qué los jóvenes estamos tan tristes? Es algo irremediable y, personalmente, al igual que el protagonista de la novela, me he percatado de que este es un mal realmente extendido. Creo que somos muchos los que, en determinado momento de nuestra juventud, nos sentimos en un impás del que parece imposible salir.
Lo que nos ocurre a los jóvenes es que nos sentimos solos ante unos cambios que no acabamos de entender y que nadie se toma la molestia de explicarnos. Nuestra vida en la superficie, como les ocurre a los personajes de la novela, puede parecer idílica, mientras que la vida interior es un puto caos.
Creo que La logia lisérgica nos puede ayudar a dar respuesta a esas dudas que todos tenemos y también nos hace sentir acompañados en el difícil camino que es tomar conciencia de la persona que eres y de la sociedad que te rodea. Es una novela con la que aprendes a curar tus heridas, a perdonar y a ser perdonado. La mejor lección que saco de su lectura es que no pasa nada por perderte en el camino: naturalicemos el hablar de nuestros sentimientos, aunque sean oscuros y dramáticos, por favor.
Sin duda, me quedo con ganas de leer todavía más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario