LOS NIÑOS DE BABEL
"El olor a especias y frutas de la antigua medina se había sustituido por un permanente olor ácido a quemado. La ciudad se encontraba permanentemente cubierta por una densa nube oscura y los sonidos de las protestas habían pasado a convertirse a los de la guerra. Las primeras granadas no tardaron en escucharse..."
Hace unos meses, Álvaro Vadillo, el autor de este libro de relatos, se puso en contacto conmigo. Al principio, dudé en si aceptar o no el envío, ya que no suelo leer historias que tengan como eje central problemáticas bélicas de cariz real. Soy más de que esas circunstancias históricas sean una pincelada en el libro: algo contextual, pero no conceptual, por así decirlo. Sin embargo, creo que acerté al meter este libro en mi lista de lecturas.
En Los niños de Babel (Alféizar, 2017), Álvaro Vadillo retransmite catorce historias de catorce protagonistas que viven en catorce países diferentes. Todos ellos son niños, todos viven circunstancias dramáticas que les hacen perder su infancia para poder sobrevivir. Y aquí quiero abrir un paréntesis: mientras leía el libro, caía en la clave de que todas estas historias fueran protagonizadas por niños, y es que el dramatismo aumenta y también lo hace, con ello, el nivel de empatía del lector.
Al final, la emoción con que Vadillo escribe las historias y la crudeza que les confiere el hecho de que estén basadas en vidas reales, hace que, al terminar cada capítulo, el lector reflexiones sobre las diferencias de crecer en lugares y circunstancias distintos. Uno no puede evitar el hecho de comparar su infancia con la de estos personajes y percatarse de la injusticia que existe en el mundo. El mensaje es que nadie elige las circunstancias en las que nace, pero aún así, todos tenemos un instinto de supervivencia que nos obliga a amoldarnos a los problemas de nuestro entorno para poder seguir adelante. No obstante, acabas con el corazón destrozado después de la lectura.
Es de agradecer la labor descriptiva de Vadillo, que hace que nos podemos acercar a estos catorce países (Haití, Líbano, Sri Lanka, Argentina, Mauritania, Guatemala, Yemen, Paraguay, República Demográfica del Conjo, Cuba, Irak, España, Marruecos y República Dominicana) sin esfuerzo alguno. Cabe destacar que, además, el autor tiene el detalle de ofrecer una lista de canciones para apoyar la lectura de cada relato; relatos que se inican con un dibujo que adelanta lo que ocurrirá en la siguiente historia.
En resumen, si eliges leer este libro te vas a adentrar en catorce dramas distintos que te van a tocar la fibra, pero su lectura se hace fácil por el cambio constante de ambiente, de problema y de protagonista. Asimismo, otro de los puntos fuertes de este compendio de relatos es que Álvaro Vadillo no usa el estilo periodístico al que estamos acostumbrados en esta serie de relatos, sino un estilo de narrador en tercera persona omnisciente que humaniza cada una de las historias de estos niños de Babel.
¡Feliz lectura!
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