jueves, 24 de mayo de 2018

#3LIBROVIAJEROVIOLETA: La mística de la feminidad de Betty Friedan



LA MÍSTICA DE LA FEMINIDAD 



“Tenía que escribir el último capítulo, dándole una solución al <<malestar que no tiene nombre>>, sugiriendo nuevos modelos, una salida al conflicto, de modo que las mujeres pudieran utilizar sus capacidades plenamente en la sociedad y encontrar su propia identidad humana existencia, compartiendo su acción, sus decisiones y desafíos sin por ello renuncia al hogar, a las criaturas, al amor ni a su propia sexualidad.” 

Este es el tercer #libroviajerovioleta que llega a mí y ¡qué pasada! Estuve días comentando lo mucho que me sorprendió y es que Friedan hace una crítica magnífica de la situación de las mujeres estadounidenses (blancas, clase media, heterosexuales) en los años cincuenta, que sigue funcionando para reflexionar sobre la situación de la mujer (blanca, clase media, heterosexual) hoy. 


Me vais a disculpar, pero mi reseña se centrará en la educación; la vocación va por delante. El punto de partida de Friedan es que es un hecho chocante que la mujer - después conseguir, gracias a las primeras feministas, el derecho a voto, a la educación e incluso a la sustitución del hombre (por aquello de la Segunda Guerra Mundial) en lo referente al trabajo- deje todo lo conseguido a un lado y desee otra vez dedicarse a ser una ama de casa. 

¿Es este un deseo propio? La respuesta, evidentemente, es no. Todo esto es una conspiración (qué Cuarto Milenio me ha quedado esto) de la educación, la sociedad, las revistas, la publicidad, para formar mujeres que deseen, que piensen, que la vida de ángel del hogar es la meta a conseguir para sentirse plenamente realizadas. En resumen, para seguir perpetuando el rol de la mujer (como madre y esposa) en el sistema patriarcal establecido. 

Encontramos, en las escuelas, la primera forma de perpetuación. Las clases para mujeres se centrarán en su vida familiar, en el matrimonio, en su debilidad frente el hombre, dejando aparte contenidos de cariz intelectual. La mujer no puede tener demasiada educación, no puede pensar por sí misma o pierde ese gran atractivo para el hombre, pierde su feminidad. Friedan afirma que es la Segunda Guerra Mundial la que fuerza la vuelta este tipo de vida familiar en el que el padre es el héroe de la familia y la madre solo es el ama de casa. 

Me llamó poderosamente la atención comprobar que hasta descendió la edad de la mujer para contraer matrimonio. Las mujeres, por esto del discurso tradicional de la mística de la feminidad que apoya su pasividad intelectual y social, se casaban antes y parían antes. Algunas incluso dejaban a un lado su labor estudiantil o su trabajo para poder dedicarse plenamente a buscar marido, conseguir la casa, el perro, el hijo y la vida de ensueño. Un sueño, como os digo, patrocinado por el ansia de perpetuación del rol pasivo de la mujer. 

No obstante, hay un problema: las mujeres empiezan a sufrir un “malestar que no tiene nombre”. Ese malestar es la respuesta al tipo de vida que llevan: aquello que les han vendido como la vida ideal, no funciona. No encuentran la felicidad, ya que han renunciado a sus verdaderas vocaciones por la de ser la mujer de, la madre de. La autora afirma que la única cura para este mal es que la mujer consiga realizarse. ¿Y cómo se puede realizar una mujer? Igual que el hombre, a través de la educación y el trabajo digno. Únicamente así, la mujer americana lograría escapar de esta mística de la feminidad. 

Esta obra me parece un genial punto de partidapara entender que hay que seguir luchando para cambiar el rol de la mujer en la sociedad. Evidentemente, empezando por la educación, ese arma que tiene algunas de las claves más importantes para cambiar el mundo. Es un libro amplio, algunas veces repetitivo, pero que llega al lector a través de ejemplos y estudios muy interesantes.

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