HABLAR SOLOS
“Me pregunto si, quizá sin darnos cuenta, vamos buscando los libros que necesitamos leer. O si los propios libros, que son seres inteligentes, detectan a sus lectores y se hacen notar. En el fondo todo libro es el I Ching. Vas, lo abres y ahí está, ahí estás.”
Esta novela de Andrés Neuman ha sido una grata sorpresa: no esperaba que se metiera en mí de esa manera. Y es que uno empieza a leer un libro sin darle demasiada importancia y, luego, puede que ese libro le dé un par de bofetadas.
En Hablar solos –el título me parece maravilloso- uno puede comprender los pensamientos de tres miembros de una misma familia: Lito (el hijo), Mario (el marido) y Elena (la mujer): “Lito acaba de cumplir diez años y sueña con camiones. Mario está enfermo y tiene deudas con su memoria. Antes de que sea tarde, ambos inician un decisivo viaje en el que compartirán mucho más que tiempo y espacio. Acosada por la idea de la pérdida, Elena se sumerge en una catártica aventura capaz de desafiar sus límites morales. Adicta a la lectura, no dejará de toparse con su propia vida en los libros, o viceversa.”
Para mí, la indiscutible protagonista es Elena, y qué bien. Mientras su marido y su hijo se van a forjar un recuerdo juntos, el recuerdo de un viaje por carretera, ella también emprende el suyo propio. Es un viaje distinto, un viaje de salvación, un viaje de contención de la muerte. Mientras ella folla con Ezequiel se siente viva y destierra la imagen del cuerpo de su marido, que ya no reconoce, ni el suyo propio (al que no prestaba atención desde años atrás).
Algunos críticos venden esto último como “una vuelta de tuerca matriarcal a la road movie”. Yo no lo diría así. No me parece tan trasgresor, sin embargo, es cierto que ofrece un nuevo personaje activo en este tipo de acción iniciática. El personaje de la madre que se queda esperando, como Penélope cuando Ulises marcha, era un vacío que había que llenar con respuestas.
Como os digo, el personaje de Elena consigue atraparte en su vorágine El puntazo es que, aunque puede pensarse que es un personaje estereotipado –mujer que, una vez sola, acude a los brazos de un amante más joven para sentirse querida- no es así. Creo que el que es una cuestión mucho más grande: ella habla de su redescubrimiento, el amante es solo un mero peón.
Además la novela está plagada de citas de otras obras y es la lectura otro punto más de encuentro y de reconocimiento en el triángulo personaje-autor-lector. “El protagonista de una novela de Richard Ford observa en la cama a su amante. La percibe lejana o desilusionada. Subrayo su conjetura: << Quizá no sea extraño que, al ponerle límites a mi propio placer, pueda haber limitado también sus esperanzas>>.”
En general me ha parecido una lectura enriquecedora. Lo más destacable, además de las citas, sería lo bien trabajadas que están las voces de los tres personajes. Sin saber de quién se trata, uno puede conocer la voz de cada uno porque son distintas, porque hablan y sienten distinto. Esto me parece una maravilla.
¿Vosotros habláis solos?
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