RESEÑA ORGULLO Y PREJUICIO DE JANE AUSTEN

ORGULLO Y PREJUICIO

Libro: Orgullo y prejuicio 

Autora: Jane Austen

Primera publicación: 1813

Lo leo en la edición de: RBA 2010

Puntuación: 💓💓💓

Me quedo con la cita: “Quizás pudiera haber hablado más un hombre que sintiera menos.”

SINOPSIS: Centrada en una familia sin grandes recursos económicos que vive en la Inglaterra rural de finales del siglo XVIII, esta novela narra las tribulaciones de una madre para casar a sus cinco hijas. Cuando los señores Bingley y Darcy, dos caballeros ricos y solteros, se establecen en el vecindario, las esperanzas de la señora Bennet aumentan, pero en sus planes se interpondrán el orgullo de Elizabeth, la segunda de las hijas, y la indiferencia del padre.

¿QUÉ ME HA PARECIDO?

Orgullo y prejuicio es el típico libro de mi estantería que me daba, admitámoslo, mucha pereza leer. Lo imaginaba tedioso, cursi y repleto de topicazos. ¡Qué bien el haberme equivocado!

La obra más famosa de Jane Austen es fresca, fácil de leer, llena de acción y de diálogo. Te engancha desde la primera línea (Es una verdad reconocida universalmente que a todo hombre soltero que posee una gran fortuna le hace falta una esposa). 

La novela trata, principalmente, sobre la historia de amor entre Lizzy y el señor Darcy: ella tiene muchos prejucios, él es muy orgulloso (¡OH, SORPRESA!). Hasta aquí todos de acuerdo. Pero me han llamado más la atención otros aspectos. 

LA SITUACIÓN DE LA MUJER EN LA INGLATERRA DEL SIGLO XVIII

Me encanta que el relato funcione como un espejo enfocado hacia la sociedad de aquella época. Creo que la autora consigue retratar la clase social media-alta de forma magistral con personajes como los Bennet, los Collin o la insoportable Lady Catherine. 

Si nos centramos en el papel de la mujer, desde el primer momento nos dejan claro que su meta en la vida debe ser la de encontrar un marido y ser una buena esposa. Si el marido es rico, MUCHO MEJOR (por eso cada vez que aparece un personaje masculino nuevo, se estipula con minuciosidad qué renta anual recibe). 

La meta de la señora Bennet es, por ende, la de casar a sus cinco hijas. Al menos, a las cuatro más bellas. Y diréis, ¿qué típico, no? Madre pesada busca pretendientes. Pues no, parece una loca, pero ella es el único personaje que se esfuerza, aunque de manera torpe y atolondrada, en luchar por estos matrimonios que supondrán el bienestar de sus hijas. El señor Bennet (padre ausente que se despreocupa de la crianza de sus retoños) pese a que sabe que si ellas no se casan, perderán la casa y la vida cómoda que llevan –por aquello de la herencia-, se despreocupa totalmente y delega en su mujer tan importante misión. Por tanto vemos que se cumplen dos papeles típicos: la figura masculina se encarga del dinero familiar y disfruta del ocio, mientras que la figura femenina lleva la casa y ha de preocuparse por el bienestar y crianza de sus hijos. 

En cuanto a las hijas de los Bennet… ¡Dios! ¡Cuánto tenemos que rascar!

Elizabeth, nuestra protagonista, es bastante independiente, inteligente y curiosa. Es capaz de rechazar el matrimonio con el señor Collins sin más excusa que la de seguir sus verdaderos sentimientos (¡qué momentazo!), mientras su amiga Charlotte busca este matrimonio de conveniencia porque no se ve capaz de conseguir otra cosa mejor. Elizabeth habla sin tapujos con los hombres y es capaz de rechazar, por lo mismos motivos, la primera proposición de matrimonio con Darcy. Además, es avispada e irónica, quizás por eso es la favorita de su padre (sí, muy feo esto de tener favoritos, señor Bennet). Tiene una visión crítica de la sociedad en la que vive y eso la convierte en uno de mis personajes favoritos, siendo, conjuntamente, uno de los más trabajados y redondos de la obra. 

Sus hermanas… son de lo más variado. Desde Jane, que nunca piensa mal de nadie, ni muestra sus sentimientos ante el amor de su vida porque de la mujer se espera, entre muchas más cosas, que sea decorosa (en serio, esta tía me ponía bastante nerviosa: ¡piensa mal de alguien, joder!), hasta Lydia, que se escapa con Wickham sin ninguna promesa de matrimonio (¡uh, qué traviesilla!) y es desterrada y aborrecida por su famila. Sin olvidar a Kitty y Mary, que pasan un poco desapercibidas, la primera por su juventud, la segunda porque es fea, básicamente (¿qué importa que se pase el día estudiando si es más fea que pegarle a un padre con un calcetín sudao?).

Mi conclusión (porque no me quiero enrollar demasiado) es que todas las mujeres de la obra siguen el patrón esperable de conducta femenina en una sociedad patriarcal, pese a que Elizabeth se escapa, en ciertos aspectos, de éste. Son estéticamente femeninas, su educación se basa en materias que sirvan para gustar y entretener a los hombres y su objetivo en la vida es tener un buen marido (que igual suena mal, pero era la única forma que tenían de sobrevivir o, mejor dicho, de no vivir tan mal). Eso sí, cuentan, al menos las Bennet, con la ventaja de tener unos padres que no las obligan a casarse y que las dejan elegir “teniendo en cuenta sus sentimientos”. Lo genial es que Jane Austen pudiera hablar de forma tan sincera sobre la mujer sin ser excesivamente censurada. 

HE DE DECIR QUE:

Me esperaba otro final algo más trágico. Vale, igual es que veo Juego de Tronos y no estoy acostumbrada a que las cosas salgan bien. También me sobró el último capítulo en el que Jane Austen deja atado y bien atado el final de la obra. Creo que no era preciso ese recopilatorio con el desenlace de cada personaje, pero bueno, yo es que soy más de finales abiertos. 

Y VOSOTROS…

¿Habéis leído este clásico?

¿Qué os parece el retrato de la mujer que encontramos? ¿Estáis de acuerdo conmigo?

¿Cuál es vuestro personaje favorito?

¿Os gustó el final?