miércoles, 11 de abril de 2018

RESEÑA LA MUERTE EN VENECIA DE THOMAS MANN



LA MUERTE EN VENECIA




“Como no esperaba la amable aparición, como le sorprendió descuidado, no tuvo tiempo de componer tranquila y dignamente la expresión de su rostro. De esta manera, cuando su mirada tropezó con la del muchacho, debieron de expresarse abiertamente en ella la alegría, la sorpresa, la admiración.” 

La muerte en Venecia. Siempre me ha llamado la atención el título de este libro que llevaba largo tiempo reposando en las estanterías sin que nadie le hiciera ni caso. Hace días, lo desempolvé, pegué sus tapas con un poco de celo y me puse a devorarlo. 


Thomas Mann, ganador del premio nobel en 1929, narra en esta breve novela la relación entre sus únicos personajes protagonistas: Aschenbach y Tadrio. Aschenbach es un escritor alemán que, entrado ya en su madurez, busca en Venecia un retiro con el que recuperar la inspiración. Tadrio será el objeto de deseo, un adolescente del cual Aschenbach se enamora platónicamente. 

Lo más chocante de la novela es que casi no existe la acción en ella. Sí, vale. Me habéis pillado. Hay ciertas acciones importantes: el desplazamiento de Aschenbach hacia Venecia, su casi huida, la plaga, el ir y venir de los días… pero realmente la acción no es importante. El jugo de la novela reside en todo el dilema psicológico por el que pasa Aschenbach al ver a este muchaho. 

Después de la visión de Tadrio, Aschenbach cambia y el viaje, que iba a servirle para reencontrarse con las musas, pasa a ser un viaje de persecución de su platónica presa. Insisto en lo de platónica porque creo que esa es la esencia que busca Aschenbach. Desde mi punto de vista, el escritor no necesita sexualizar la relación con el adolescente, sino que se complace con ese sentimiento de nerviosismo, de desfallecimiento, que conlleva consigo el hecho de enamorarse perdidamente, de idolatrar a una persona que ni siquiera conoce. 

“Nada resulta más extraño ni más irritante que las relaciones que se establecen entre hombres que sólo se conocen de vista, que diariamente, a todas horas, se tropiezan, se observan, viéndose obligados, por la etiqueta o por capricho, a no saludarse ni cruzar palabra, manteniendo el engaño de una indiferencia perfecta. Se produce entre ellos inquietud e irritada curiosidad. Es la historia de un deseo de conocerse y tratarse insatisfecho, artificiosamente contenido, y, en especial, de una especie de estimación exaltada. Pues el hombre ama y honra al hombre mientras no puede juzgarlo. Y el deseo se engendra por el conocimiento defectuoso.” 

Este amor, que nunca llega a consumarse –no llegan siquiera a dirigirse la palabra- puede que refleje un trance interno sobre la homosexualidad. Una lucha que Thomas Mann vivió y que convierte esta novela en un gran referente. 

Me quedo, sin duda, con las descripciones y el simbolismo. Las imágenes de Venecia que Mann nos ofrece son, como en la poesía, testigo y anticipo del estado  de ánimo del protagonista. Los primeros cuadros que se nos ofrecen son aquellos de Venecia como escenario idóneo para el amor romántico. Los que vemos al final, buscan una imagen más ruinosa, sola y decadente de esta Venecia que sufrirá una epidemia. 

Todo este hace que La muerte en Venecia me deje con muy buen sabor de boca. Es una de esas novelas en las que la acción pasa a un segundo plano, dejando que lo primero, lo que cautive al lector, sea el monólogo interno del personaje. 

No hay comentarios:

Reseña: Romancero gitano de Lorca ilustrado por Ricardo Cavolo

 ROMANCERO GITANO  La tarde loca de higueras y de rumores calientes cae desmayada en los muslos heridos de los jinetes. Y ángeles negros vol...